Según varios estudios de diversas asociaciones de
consumidores, el precio de los coleccionables aumenta a partir de la segunda
entrega. En algunos casos puede incrementarse hasta en un 400%.
Dichos análisis se realizan teniendo en cuenta el número
de fascículos, su oferta de lanzamiento, el precio de la primera entrega, los
gastos extras, el de las entregas posteriores y el total.
Aunque lo primero que hay que tener en cuenta, según la
Federación de Consumidores Al-Andalus es el interés real que tenemos en adquirir
una colección.
Rocío de la Villa es su portavoz.
El número de entregas, el coste de cada una de ellas, los
gastos extras y la periodicidad son otras de las premisas a tener muy en
cuenta.
Un problema que puede surgir a los clientes es que, una
vez iniciada una colección, la empresa deje de suministrarla. En estos casos,
se puede reclamar al establecimiento que nos lo ha vendido o directamente a la
empresa fabricante.