
Manuel Morano, concejal de Cultura.
Pero no se recoge del todo. Es lo que los triguereños
llaman la ‘escapailla’. Una tradición en la que el santo amaga con su entrada y
sale a correr a hombros de sus fieles.
Son momentos muy emotivos, sentimentales, espirituales
para los vecinos. Para los visitantes, lo que más llama la atención son la
‘tiradas’ de regalos. Este año, también se sobrepasará la veintena.
Es, sin duda, la época en la que los triguereños ausentes
vuelven a la localidad para reunirse con familiares y vivir las fiestas.
El concejal ha invitado a sumarse a los actos a todos
nuestros oyentes.